miércoles, 3 de diciembre de 2008

La barranca - Bola del Mundo - Pto Navacerrada

“Algún Día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”

Neruda, Pablo

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En diciembre no podemos pedir un tiempo primaveral, pero para dos días que tenemos de fiesta no estaría de más un tiempo un poco más benévolo. Habíamos propuesto una ruta para subir al montón de dscn1851trigo pero tras hablar con Toni me dice que lo descartamos, en cercedilla llueve y en Becerril es lluvia meona, decidimos anular la ruta del montón de trigo y cambiarla por una salida por la Barranca. Pero al rato me llama y me dice que la sección de cercedilla se raja y no salen a andar. Hablo con JJ, el me dice que nosotros nos vamos que tenemos que estrenar las polainas y quiere pisar nieve.

A las 10:00 salimos los dos del aparcamiento de la barranca, apenas hay tres coches aparcados, el día es húmedo, un velo de niebla cubre nuestro patio de juegos pero sabemos que esta frente a nosotros. JJ me pide subir a la bola, yo flipo, puede ser una petada seria si pillamos mucha nieve, pero bueno vamos hasta donde podamos. Pasamos por el primer embalse de la barranca y sacamos unas fotos habar que tal sale una panorámica, tras las fotos comenzamos la ascensión por el pinar recorriendo un sendero dscn1858-mediumserpenteante, poco marcado, los contrastes de esta zona son una delicia para los sentidos, el verde intenso de los pinos apoyado por el musgo que cubre las rocas contrasta con la alfombra marrón que ha bordado la naturaleza con la hoja seca de los pinos. Si a esta delicia visual le añades la banda sonora de un arrollo saltarín que esta recuperando la vitalidad perdida por el estío te da la sensación de entrar en el mismo paraíso.

La senda es interrumpida por la pista, pero se puede recuperar unos metros más abajo, la cual seguiremos para desembocar a los pies de las escaleras de madera de la fuente de la campanilla. No hemos encontrado a nadie en todo el recorrido, la nieve y el hielo salpican la pradera de la fuente, toco la campanilla, me gusta su

Sonido, hay algo de niebla que nos envuelve y le de un toque tétrico img_3769-mediumal asunto, algo así como la llamada de la santa campaña. Unos metros mas arriba la nieve ya es la auténtica protagonista, esta dura y algo helada. Como hay huella abierta la seguimos hasta que esta empieza a dividirse en varias, vamos una locura. Decido seguir una que me parece la más lógica y corresponde a unas pisadas inmensas seguramente de alguien que subió con raquetas, lo llamaremos el rastro de Big foot.

Cada vez hay más nieve en algunos tramos damos un gran estreno a las polainas ya que nos metemos hasta la rodilla, nos lo estamos pasando de lujo, la lastima es el paisaje que esta oculto, pero los pequeños detalles que nos regala el invierno nos deja maravillados. Disfrutamos con el arrollo y de cómo se ha abierto paso bajo la nieve, ya que se ve como fluye bajo una gran zona nevada para dejarse ver saltarín entre las rocas para volverse a esconder bajo el manto algodonoso de un nieve virgen y esponjosa.img_3766-medium

El GPS nos marca que estamos a 1.800 metros de altura, la nieve ahora es discontinua en una zona de pequeños piornos, estamos muy cerca del collado del piornal y decidimos parar para tomarnos una barrita. Vemos que tras nosotros sube un señor acompañado de un perro, entablamos una breve conversación y continua rumbo a la bola, se cruza con uno que baja y vemos como se cae dos veces seguidas en tres pasos, jejeje. Nos dice que no hay mucha nieve que el baja de la bola, decidimos subir hasta la cumbre así que coronamos el callado del piornal y nos hacemos unas fotos con paisaje blanco inmaculado impresionante. Dudamos si ir a la maliciosa o a la bola, pero decidimos subir mejor a la bola ya que otros senderista nos dice que si que hay mucha nieve para subir a la maliciosa por la zona de los canchales. La niebla no nos permite ver ni una ni otra y el GPS me marca la senda y nuestro objetivo frente a nosotros, comenzamos la subida y pronto comenzamos a hundirnos hasta medio muslo, cada pocos pasos. Variamos la senda y ascendemos mejor con la nieve cubriendo la bota pero con las polainas sin problemas, las botas aguantas y el pie continua seco y caliente pero temo que esto durara poco.

img_3774-mediumDe repente cada dos pasos nos hundimos otra vez hasta mas arriba de la rodilla, avanzar es durísimo y nos cuesta un triunfo, no vemos donde estamos salvo en la pantalla del GPS que nos marca bola a 15 metros pero no la vemos, tres pasos más me caigo y al levantar la vista, veo la silueta de las antenas, a modo de buque fantasma perdido entre la niebla. Nos hacemos unas fotos para inmortalizar el momento y buscamos la pista para bajar hacia las cabrillas.

El viento es fortísimo y nos golpea helándonos la cara. Sobre la nieve se ve una fina capa de hielo crujiente. Alcanzamos la pista, descendiendo tras las huellas dejadas por la oruga que sube al repetidor, esta nieve esta mas aguada y empiezo a sentir como la membrana de mi bota a dicho basta y empieza a calar, JJ calza Gore tex, sus botas son de las caras y me dice que el va bien que la suya aguanta, dos tramos de bajada después me confiesa que sus botas han dejado de ser impermeable, jejeje. Ya estamos los dos con los pies calados, los guantes chorreando, un viento gélido nos azota desde la maliciosa, vamos dantesco. Decido atajar desde la pista hacia la entrada del sendero de la tubería, vamso un poco más protegidos del viento y hay menos nieve en la senda que baja. Pero al llegar a la tubería vemos que la nieve acumulada en ese punto es muchísima y además el viento la azota de lleno, vamos que nos comíamos todo el vendaval en bajada y calados.img_3778-medium

Decidimos bajar al puerto y que nos vengan a buscar, así que tras llamar nos bajamos al puerto por la pista de las cabrillas.

En el puerto nos quedamos alucinados, era una autentica locura, de gente, de bolas de nieve volando de un lado a otro, de flashes y gente tirando se por cualquier rincón teñido de blanco, que más nieve que hielo. Volvemos a llamar para decir que no suban al puerto que bajamos nosotros hacia el ventorrillo y que nos recojan allí.

Bajamos por el arcén de la carretera disfrutando de una retención como nunca la he visto en el puerto, la caravana comenzaba en la rotonda del pueblo de Navacerrada. Comienza a llover más fuerte justo cuando vemos el coche de rescate.

Ya a salvo del frío y del agua vamos a por mi coche al aparcamiento de la barranca. Ha sido la segunda salida de la patrulla pies negros, la salida en al que caminamos peligrosamente.

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